La Orden del Temple ha evolucionado a través de los siglos conservando los fundamentos del servicio a la Fe Eterna. En la actualidad, frente al materialismo estéril que se ha apropiado de la cultura occidental, actuamos combinando el aspecto laico y confesional, adoptando la tecnología y aplicando la metodología del presente en el análisis y la intervención en los asuntos pertinentes para afianzar los principios cristianos ante Cristo vivo. Somos los templarios del Siglo XXI. Año 2021-2022
PRESENTACIÓN DEL LIBRO EL SECRETO DEL ALMA
miércoles, 17 de noviembre de 2021
martes, 16 de noviembre de 2021
☨ CUANDO LA HISTORIA SUPERA A LA FICCIÓN CAPÍTULO 2 ✠
☨ LA HISTORIA DEL TEMPLE | CUADERNO Nº0 | CAP.2 ✠
Urbano II (Odón de Lagery) no solo era un gran
orador, sino que además también fue un gran político y estadista.
Unos meses antes, a principios del mes de marzo, el papa
había convocado un concilio en Piacenza, concilio donde se trató sobre el
conflicto conocido como Querella de las Investiduras y que enfrentaba al
papado con el emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico.
Enterado, Alejo I Comneno enviaba a este concilio una
delegación con el objetivo de solicitar ayuda a Urbano II para la lucha contra
los turcos.
Sin embargo y aunque al papa le resultó más que atractiva
la propuesta de los bizantinos, tuvo la suficiente capacidad y visión para
decidir que aquel no era el momento ni el lugar para proclamar una arenga
militar contra los sarracenos.
Tal y como podemos leer en la crónica de Fulquerio de
Chartres, la Gesta Francorum Jerusalem Expugnantium, Urbano II veía una
oportunidad única de convertirse en el obispo y prelado máximo de todo el mundo,
acabando de esta forma con el Gran Cisma de Oriente.
Pero Piacenza era para tratar otros temas que ya urgían y
que habían sido ya aplazados: la excomunión del antipapa Guiberto, las
reclamaciones realizadas por la emperatriz Adelaida, quien acusaba en este
concilio a su marido, Enrique IV del Sacro Imperio Romano Germánico, de
retenerla contra su voluntad, de forzarla a participar en orgías, y a realizar
misas negras, o la excomunión al emperador germano.
Por todos estos asuntos, Urbano II vio que no era el
momento adecuado, ni tampoco el lugar.
Italia por aquel entonces era una tierra próspera y
floreciente. El comercio y los negocios hacían que su población no pasara por
las penurias que otros lugares de Europa estaban sufriendo, y lanzar una
proclama guerrera contra los infieles, desde luego no hubiera obtenido el
resultado esperado.
Por ello, desde Piacenza, Urbano II convocaba un nuevo
concilio en Auvernia, en la población de Clermont.
Francia sufría en demasía la hambruna, a la que había que
añadir el terrible azote del Fuego de Santa Gertrudis (lues gnis eutanei), una
terrible epidemia que dejaba desiertas las poblaciones y ciudades.
Clermont era el lugar perfecto para lanzar el discurso
que daría lugar a la primera cruzada. Allí, cualquier ideal por peligrosa e
ilusoria que pareciera, sería mejor que el sufrimiento al que se veían
sometidos por el hambre y las enfermedades.
Pero había más. Europa se encontraba en aquellos momentos
sumida en un sinfín de rencillas y disputas entre reyes, nobles y señores de la
guerra. Reyes y nobles, malgastaban su tiempo, sus fuerzas, y sobre todo su
dinero, en luchas y riñas sin ningún tipo de sentido ni fundamento, en
detrimento de los intereses de la Iglesia, que además de no ver con buenos ojos
estos altercados, veía cómo iba perdiendo poco a poco su parcela de poder y
control.
El grito de ¡Deus lo volt!, era la mejor forma de
canalizar y controlar a todos estos nobles y caballeros belicosos dándoles un
objetivo y un enemigo común.
Urbano II volvía de este modo, a tener el control de una
nobleza desbocada y violenta que estaba comenzando a ser un auténtico problema.
Como no podía ser de otra manera, el primero en dar
ejemplo fue el clero. Gran parte de los obispos poseían también el título de
condes o de barones, y no en pocas ocasiones formaban parte de las rencillas y
riñas para defender los derechos y diezmos de sus obispados.
Además de ello, estaba de por medio el comercio. Hacerse
con las rutas comerciales en Oriente era toda una tentación. El famoso vino de Gaza,
las piedras preciosas de Oriente, o la muselina, entre otros objetos, eran
bienes muy preciados en las cortes europeas, sin olvidar por supuesto las
reliquias.
La respuesta de los caballeros de Occidente fue ejemplar.
Durante el invierno, se dedicaron a realizar todos los preparativos necesarios,
incluido uno que hasta ahora en pocas o ninguna ocasión de había realizado: la
bendición de las armas y banderas de los caballeros que iban a partir hacia
Oriente.
Recibid esta espada, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo; servíos de ella para el triunfo de la fe; pero que nunca
derrame la sangre inocente.
Poco después del verano del año 1096, las tropas cruzadas
iniciaban la marcha hacia Oriente, llegando en su totalidad a Constantinopla
entre finales de ese año y principios del siguiente.
El 6 de mayo del año 1097 el ejército cruzado se plantaba junto a las murallas de Nicea, la cual no resistió el asedio y se rindió el 19 de junio (9). Tras Nicea, las victorias cruzadas se sucedían una tras otra.
一
9 Sobre
la toma de Nicea existen diversas versiones de los historiadores de la primera
cruzada. Roberto el monje, afirmaba que los sitiados pactaron en secreto con
las tropas de Alejo la rendición de la ciudad a cambio de su libertad.
Fulquerio de Chartres escribía que fueron los propios turcos los que abrieron
las puertas a los bizantinos. Alberto de Aix, aseguraba que fue un familiar de
Alejo quien negoció con los cruzados la entrega de la ciudad a los bizantinos,
y con los sitiados la apertura de sus puertas a cambio de su libertad. Por su
parte, Guillermo de Tiro escribía sobre como Taticio, familiar de Alejo, fue
quien pactó con los sitiados, pero que los jefes cruzados a ver que la ciudad
estaba a punto de capitular, mandaron mensajeros a Alejo para que enviara a sus
tropas para hacerse cargo de la ciudad, para que de este modo el ejército
cristiano pudiera continuar su marcha hasta Jerusalén.
Por fin, el 7 de junio del año 1099 las huestes cruzadas
se encontraban frente a los muros de Jerusalén. Tras un largo debate, los jefes
cruzados llegaban a una importante decisión: el asalto a la ciudad Santa se
realizaría la noche del 13 al 14 de julio. Así se hizo.
En la mañana del 15 de julio, después de derramar ríos de
sangre, algunos cruzados ya estaban situados en lo alto de las murallas de la
ciudad, consiguiendo poco después abrir sus puertas.
Tan solo el general Iftijar ad-Dawla (10) seguía
resguardado en la torre de David con parte de sus hombres. Sin descanso,
seguían combatiendo a los cristianos. Tal era la defensa del general egipcio,
que el conde de Tolosa, Raimundo IV, mandó un mensajero para que los sitiados
se rindieran. Mientras tanto las tropas cristianas ya habían ocupado
prácticamente todo el barrio judío, y se acercaban a las inmediaciones de la
mezquita Mayor.
Iftijar ad-Dawla aceptaba finalmente la propuesta del
conde de Tolosa. Jerusalén había sido tomada.
Los frany cumplieron su palabra, y los dejaron marchar
por la noche hacia el puerto de Ascalon, donde se afincaron. A la población de
la Ciudad Santa la pasaron a cuchillo, y los frany estuvieron matando
musulmanes durante una semana. En la mezquita al- Aqsa, mataron a más de
setenta mil personas. Mataron a mucha gente. A los judíos los reunieron en su
sinagoga y allí los quemaron vivos los frany. Destruyeron también los
monumentos de los santos y la tumba de Abraham — ¡la paz sea con él! (11)
Diez días después de la toma de ciudad, comenzaba el
cónclave que debería elegir un rey para Jerusalén. El primero de los jefes
cristianos que tomó la palabra fue Roberto II de Flandes, conocido en algunas
crónicas como Robertus Hierosolimitanus.
El conde de Flandes ofreció un discurso que desde luego
no dejó indiferente a ninguno de los allí congregados. En sus palabras y sus
gestos, el resto de dirigentes cristianos vieron de inmediato al mismísimo rey
de Jerusalén.
一
10 Conocido como “el orgullo del estado”, Iftijar
ad-Dawla fue el gobernador fatimí de Jerusalén durante el asedio de la ciudad.
Tras su encarnizada resistencia, Raimundo IV, conde de Tolosa, le ofrecía la
libertad para él y para sus hombres si rendía la ciudad.
11 Crónica de Ibn al-Atir. Las Cruzadas vistas por los árabes. Amin Maalouf. Alianza Editorial. Año 1968.
"Hermanos y compañeros míos: nos hallamos reunidos para tratar un asunto de la mayor importancia; jamás tuvimos más necesidad de los consejos de la sabiduría, y de las inspiraciones del Cielo: si en los tiempos ordinarios siempre se desea que la autoridad se deposite en manos del más hábil, con mayor razón debemos buscar el más digno para gobernar este reino, que está todavía en gran parte dominado por los bárbaros. Ya tenemos noticia de que los egipcios amenazan a esta ciudad en que vamos a poner un rey. La mayor parte de los guerreros cristianos que han tomado las armas están impacientes por volver a su patria, y van a abandonar a otros el cuidado de defender lo que ellos han conquistado. El pueblo nuevo, que ha de habitar esta tierra, no tendrá a sus inmediaciones cristianos que puedan socorrerle y consolarle en sus desgracias. Sus enemigos se hallan cerca del; sus aliados a la otra parte de los mares; así el rey que le demos será su único apoyo en medio de los peligros que le rodean. Es necesario pues que aquel que sea llamado a gobernar este país tenga las cualidades necesarias para mantenerse en él con gloria; es necesario que reúna el valor natural de los francos, la templanza, la fe y la humanidad; pues la historia nos enseña que es inútil el haber triunfado por medio de las armas, si no se confían los frutos de la victoria a la sabiduría y a la virtud". (12)
A pesar de la insistencia de los asistentes, el conde de
Flandes declinaba amablemente el título de rey de Jerusalén: "no, no tengo tanta
presunción como para aspirar a ese honor. Pongo por testigo al cielo y a la
tierra de que, aun cuando quisierais darme la corona, no la aceptaría porque
estoy resuelto a volver a mis estados". (13)
Tras la renuncia del conde de Flandes, cuatro eran los
candidatos a ocupar la corona de Jerusalén: Godofredo de Bouillon, Raimundo de
Tolosa, Roberto II de Normandía, y Tancredo de Hauteville.
De entre los cuatro candidatos, el conde de Tolosa era el que mayores posibilidades tenía de ocupar el trono de Jerusalén. Tolosa era, en la constelación de príncipes cristianos, el más ambicioso, el más poderoso y el más rico. (14)
一
13 Efectivamente, Roberto II de Flandes emprendió su
viaje de regreso a casa a finales del mes de agosto junto a Roberto de
Normandía y a Raimundo de Tolosa. En el año 1103 formó alianza con Enrique I de
Inglaterra. El conde de Flandes le ofreció 1000 caballeros a cambio de que el inglés
le pagara un tributo anual. Sin embargo, Enrique I se negó a pagar, por lo que
el de Tolosa de alió con Luis VI de Francia y atacaron Normandía. Roberto de
Flandes murió cerca de la ciudad de Meux, cuando comandaba un ejército para
luchar contra Teobaldo II de Champaña, quien encabezaba una revuelta de los
barones franceses. Tras ser herido, cayó de su caballo y murió ahogado en el
río Marne.
14 Manuel Leguineche y María Antonia Velasco. El Viaje
Prodigioso. 900 años de la primera cruzada. Año 1995.
☨ El Maestre ✠
lunes, 15 de noviembre de 2021
☨ CON CLAVE DE FE ✠ MAGNIFICAT CUM ALLELUIA ✠
☨ CON CLAVE DE FE ✠ MAGNIFICAT CUM ALLELUIA 🙏
☨Preceptora I ✠
☨ ROBERT DE CRAON. EL SEGUNDO GRAN MAESTRE TEMPLARIO ✠
☨ ROBERT DE CRAON. EL SEGUNDO GRAN MAESTRE
TEMPLARIO ✠
Fue el segundo Gran Maestre de los Caballeros Templarios desde junio de 1136 hasta su muerte en 1147.
Robert de Craon nació a finales del siglo XI en Anjou, Francia y era hijo de Renaud de Craon y el menor de tres hermanos.
Se instaló en Aquitania y se comprometió con la hija de un señor de Angoumois. Dejó occidente en 1125 y se fue a Tierra Santa donde se convirtió en Templario.
Roberto no estuvo presente en el Concilio de Troyes, pero en 1132 regresó a Occidente como senescal de la Orden Templaria.
En 1136, se impone por su valor militar y por su piedad, como sucesor del recién fallecido Maestro Templario Hugo de Payens.
Demostró ser un gestor brillante e hizo de la Orden del Temple una asociación imprescindible en los estados cruzados de Tierra Santa.
En 1139, el Papa Inocencio II concedió a la orden un cierto número de privilegios.
Los templarios fueron exentos del diezmo a la iglesia, de la jurisdicción episcopal y se les permitió exhibir la cruz de gules roja sobre campo plateado.
Las campañas militares de los Templarios durante el mandado de Roberto tuvieron menos suerte que su antecesor, apenas fue elegido Roberto, derrotaron al Emir de Alepo, pero después se volvió contra ellos y los derrotó.
En España, autorizó a los templarios a lanzar una expedición contra Lisboa que culminó en fracaso.
En 1140, los templarios resistieron a un ejército turco de mayor tamaño en la batalla de Teqoa.
Roberto de Craon murió en 1149 y fue sucedido por Evrard des Barrès.
☨ El Cronista ✠
domingo, 14 de noviembre de 2021
☨ YA SOMOS 14.000 HERMANOS EN TELEGRAM ✠
☨ YA SOMOS MÁS DE 14 MIL HERMANOS EN TELEGRAM ✠
Buenas tardes queridos hermanos,
como mi labor es contar el día a día de todo aquello que concierne a la Orden del Temple y a los Templarios en el blog, las noticias que van surgiendo a diario o semanalmente, también es trabajo mío, teneros actualizado en cuanto a todo aquello que acontece al proyecto de Espíritu Templario, quería comunicaros que hemos llegado a los 14.000 hermanos en nuestro canal de noticias en Telegram.
Así que desde estas líneas nuestro agradecimientos a todos los hermanos y lógicamente dar la bienvenida a los nuevas incorporaciones.🙏
Aquí os dejo con el enlace a nuestro humilde canal de noticias de Telegram: ⬇️
Seguimos trabajando sin prisa pero sin pausa...Deus Vult.
Desearos un estupendo comienzo de semana.
☨ El Cronista ✠
viernes, 12 de noviembre de 2021
☨ ORACIÓN DEL CABALLERO TEMPLARIO ✠
☨ ORACIÓN DEL CABALLERO TEMPLARIO ✠
Queridos hermanos os traigo el primer archivo: "La Oración del Caballero Templario".
Os dejo la Oración aquí escrita e igualmente os facilito una previsualización de la Oración en formato PDF por si deseáis echarle un vistazo como paso previo a descargarla.
Desearos un estupendo fin de semana.
Bendiciones 🙏
Oh
Cristo, Tú eres mi Rey
Crea
en mí, el corazón de un Caballero para Ti,
Grande,
para elegir correctamente lo que me ayude a lograr lo mejor de mí.
Fuerte,
para ver mi trabajo no como una imposición sino como una misión que Tú me has
confiado.
Heroico,
sufriendo como un verdadero soldado cargando mi cruz, como un auténtico Cirineo
la cruz de otros.
Compasivo
con el mundo, renunciando a lo trivial, pero no sacrificando ninguno de sus
principios.
Cortés
con el prójimo, leal con todos, ayudando al necesitado y a los niños y guiando
a mis seres queridos hacia Ti.
Obediente
a mis superiores, viendo en su autoridad la belleza de tu cara.
Noble
conmigo mismo, respetándome, pero siempre apoyándome en Ti.
Generoso
como Tú, oh Cristo de Galilea; orgulloso de vivir para servirte, feliz de morir
y perderme en Ti.
Amén
- P R E V I S U A L I Z A C I Ó N -
"Non Nobis Domine, non nobis sed nomini Tuo da Gloriam"
☨ El archivero ✠
☨ HUGO DE PAYNS EL PRIMER GRAN MAESTRE DE LA ORDEN DEL TEMPLE ✠
☨ HUGO DE PAYNS. EL PRIMER GRAN MAESTRE DE LA ORDEN DEL TEMPLE ✠
Hugo de Payns o Payens (Castillo de Payns, cerca de Troyes, Francia 1070–Reino de Jerusalén, 24 de mayo de 1136) fue el fundador y primer maestre de los Caballeros templarios y uno de los primeros nueve caballeros y junto a Bernardo de Claraval, creó la Regla latina, el código de conducta de la Orden.
Hijo de Gautier de Montigny y nieto de Hugo I, Señor de Payns, su infancia y su juventud se ven influidas por el ambiente de reforma religiosa que se desarrolla en la Champaña y que dará figuras de la talla de san Roberto de Molesmes, fundador de las abadías de Molesmes y Cîteaux, o la de San Bernardo de Claraval, impulsor de la reforma del cister y mentor eclesiástico de la misma Orden del Temple.
De la ferviente pasión religiosa de Hugo II de Payns es muestra su breve paso como monje por la abadía de Molesmes, tras la muerte de su primera esposa Emelina de Touillon, con la que se había desposado hacia el 1090. Fruto de este matrimonio nació su hija Odelina, futura señora de Ervy.
Vasallo fiel del conde Hugo de Champaña, Hugo de Payns abandona los hábitos y a partir del año 1100 se integra plenamente como uno de los principales miembros de la Corte champañesa, uniendo en su persona el señorío de Montigny y el de Payns.
Es probable que Hugo de Payns realizara su primer viaje a Tierra Santa junto al conde de Champaña en 1104-1107.
Tras regresar de este y para ayudar a consolidar las pretensiones políticas de su señor, se casó en segundas nupcias con Isabel de Chappes (entre 1107 y 1111), perteneciente a una de las familias más importantes del sur de la Champaña.
Del matrimonio nacieron cuatro hijos: Teobaldo, futuro Abad de Santa Colombe de Sens; Guido Bordel de Payns, heredero del señorío; Guibuin, vizconde de Payns, y Herberto, llamado el ermitaño.
La pasión religiosa que sentía le llevó a tomar votos de castidad en 1119 y a partir nuevamente a Tierra Santa, donde creó, la que llegaría a ser la Orden Militar más importante de la Cristiandad: La Orden del Temple.
Los otros caballeros eran: Godofredo de Saint-Omer, Payen de Montdidier, Archambaudo de Saint Agnan, Andrés de Montbard (tío materno de San Bernardo de Claraval), Godofredo Bison, y otros dos de los que solo se conoce su nombre, Rolando y Gondamero. Se desconoce el nombre del noveno caballero, aunque hay quien piensa que pudo ser Hugo, conde de Champaña.
En 1127 Hugo de Payns regresa a Europa acompañado por Godofredo de Saint-Omer, Payen de Montdidier, y dos hermanos más, de nombre Raúl y Juan, con el fin de reclutar nuevos miembros para la Orden, tomar posesión de las numerosas donaciones que habían sido otorgadas a esta y para organizar las primeras encomiendas de la Orden en Occidente (casi todas ellas en la región de la Champaña).
Así pues, Hugo inicia un periplo que le lleva por Roma - a fin de solicitar del papa Honorio II un reconocimiento oficial de la Orden y la convocatoria de un concilio que debatiera el asunto - la Champaña (otoño de 1127); Anjou y Poitou (abril y mayo de 1128), Normandía, Inglaterra y Escocia (verano de 1128) y Flandes (otoño de 1128).
Hugo y sus compañeros regresan en enero de 1129 a la Champaña para tomar parte en el Concilio de Troyes, un concilio de la Iglesia católica, que se convocó en la ciudad francesa el 13 de enero de 1129, con el principal objeto de reconocer oficialmente a la Orden del Temple.
En dicho concilio estuvieron presentes: el cardenal Mateo de Albano (representante del Papa); el arzobispo de Reims y el de Sens; diez obispos; ocho abades cistercienses de las abadías de Vézelay, Cîteaux, Clairvaux (que en este caso no era otro sino San Bernardo), Pontigny, Troisfontaines y Molesmes; y algunos laicos entre los que destacan Teobaldo II de Champaña, el conde de Campaña, André de Baudemont, el senescal de Champaña, el conde de Nevers y un cruzado de la campaña de 1095.
Hugo de Payns relató en este concilio los humildes comienzos de su obra, que en ese momento solo contaba con nueve caballeros, y puso de manifiesto la urgente necesidad de crear una milicia capaz de proteger a los cruzados y, sobre todo, a los peregrinos a Tierra Santa, y solicitó que el concilio deliberara sobre la constitución que habría que dar a dicha Orden.
Se encargó a San Bernardo, abad de Claraval, y a un clérigo llamado Jean Michel la redacción de una regla durante la sesión, que fue leída y aprobada por los miembros del concilio.
Tras el Concilio de Troyes, Hugo de Payns nombró a Payen de Montdidier Maestre Provincial de las encomiendas sitas en territorio francés y en Flandes, y a Hugo de Rigaud, Maestre Provincial para los territorios del Languedoc, la Provenza y los reinos cristianos hispánicos y tras ello, regresó a Jerusalén dirigiendo la Orden que el mismo había creado durante casi veinte años hasta su muerte en el año 1136 (el 24 de mayo según el obituario del templo de Reims), haciendo de ella una influyente institución militar.
Un cronista del siglo XVI escribió que fue enterrado en la Iglesia de San Gaicomo, de Ferrara.
Un obituario de la Comandancia de Reims indica que los Caballeros Templarios celebraron su memoria el 24 de mayo.
Nuestro hermano Non Nobis, guarda una relación muy especial con la figura del primer Maestre, pero eso es harina de otro costal...
☨ El Cronista ✠
miércoles, 10 de noviembre de 2021
☨ TERCERA ASAMBLEA DE ORACIÓN DE ESPÍRITU TEMPLARIO ✠
☨ TERCERA ASAMBLEA DE ORACIÓN DE ESPÍRITU TEMPLARIO ✠
Bienvenidos hermanos míos
Las puertas de la Ermita de Espíritu Templario están abiertas.
Tengamos confianza en la promesa del Padre, pues, nada ni nadie la podrá torcer.
Con el cariño de siempre...
Gracias por vuestra presencia.
☨ Preceptora II ✠
martes, 9 de noviembre de 2021
☨ CUANDO LA HISTORIA SUPERA A LA FICCIÓN CAPITULO 1 ✠
☨ LA HISTORIA DE LA ORDEN DEL TEMPLE | CUADERNO Nº0 | CAP 1 ✠
Santiago Soler Seguí, ValenciaCuadernos Templarios (Cuaderno nº0)
Valentia Mediaevalis
Casi con toda seguridad podríamos afirmar que la Orden del Temple ha sido, y es, la orden militar medieval que más ríos de tinta ha hecho correr.
Sobre el Temple se han escrito multitud de líneas, de
páginas, de libros, de Historia, pero por desgracia, también de historietas.
Ciertamente sobre esta Orden siempre ha existido una aureola de misterio, algo
mágico que cautiva, que fascina y despierta la curiosidad de muy diversas
gentes.
Pero debemos tener en cuenta que ese halo misterioso, esos
enigmas, secretos y leyendas, surgieron tras la desaparición traumática del
Temple, y poco o nada tienen que ver con la verdadera historia de los Pobres
Caballeros de Cristo, ya que, en la mayoría de los casos, mezclar historia y
mito nos llevará con toda seguridad a la confusión.
Lo mismo que los cátaros y Juana de Arco, el Temple
alimenta uno de los filones inagotables de la pseudo historia, la que no tiene
otro objeto que ofrecer a los lectores ávidos su ración de misterios y de
secretos. Existe la historia del Temple y existe la historia de su leyenda. El
historiador no se ocupa solo de la verdad; se ocupa también de lo falso cuando
se ha tomado como cierto; se ocupa también de lo imaginado y lo soñado. Sin embargo,
se niega a confundirlos. (1)
La desaparición y fin de la Orden del Temple hace que sea
muy fácil hoy en día atribuirles cualquier cosa sin importar el qué, sin
documentarlo lo más mínimo, y sin trabajar y bucear en archivos y bibliotecas
con el fin de darle la rigurosidad y la seriedad necesaria.
En palabras de mí querido amigo y compañero Julián Martos
Rodríguez, la moda del esoterismo, que tiende a fundar hipótesis más que
dudosas históricamente, produce un inmenso perjuicio cultural a los templarios,
y crea confusiones en la cultura popular. (2)
De este modo, y para no caer en ese regusto misterioso que envuelve todo lo relacionado con el Temple, desde Valentia Mediaevalis comenzamos este nuevo proyecto llamado Cuadernos templarios con un objetivo muy claro y definido: ofrecer una visión histórica y documentada de la Orden del Temple desde su fundación y singladura hasta su extinción.
一
1 Le Temple alimente, avec les cathares et Jeanne d`Arc,
l`un des filons inépuisables de la pseudo- histoire, celle qui n`a pour but
dòffrir à des lecteurs avides leur ration de mystères et de secrets… Alain
Demurger. Vie et mort de l'Ordre du Temple, página 8. París, Editions du Seuil.
Año 1989.
2
Leyendas en torno a la Orden del Temple. Revista Ábacus número 0. Diciembre, de
2009.
一
Pero este camino por la historia del Temple no andaremos solos. Junto a nosotros, escritores como Antonio Galera Gracia, historiadores y catedráticos de la talla de Carlos de Ayala Martínez, Félix Javier Martínez Llorente, Manuel Ortuño Arregui, Javier Carrascosa González, Ignacio de la Torre o Carlos Pereira Martínez, junto con arquitectos del patrimonio como Julián Darío Martos Carbonell o José María Tortajada Bonet, nos acercarán a una historia del Temple que merece ser recordada, merece ser recuperada, y sobre todo, merece ser contada siempre desde la rigurosidad, la documentación y la veracidad.
Porque la Historia, en este caso, supera a la ficción…